La vida nunca deja de sorprendernos, ya he pasado el ecuador de la mía, con una seguridad y estabilidad adquiridas con el paso del tiempo gracias a mi trabajo y esfuerzo, no hay que olvidarse de que aunque seas un trabajador por cuenta ajena, realmente trabajas para tí y no eres más que un comercial de tí mismo, la empresa para la que trabajas es tu principal cliente y como tal debes de tratarlo.
Después de 30 años trabajando para otros, con una entrega y lealtad más que demostrada y llegados a este momento deciden prescindir de mis servicios.
Es el momento de seguir adelante y convertirte en cliente y proveedor de tu persona, de explotar el potencial que durante tanto tiempo has entregado a los demás para tí mismo y ser competitivo con quienes hasta ahora contaban contigo, es la hora de competir y demostrar que si te han mantenido durante todo estos años es por algo.
Sin perder ni un segundo de mi tiempo y sin esperar a que el trágico desenlace de la finalización de nuestra relación laboral llegue, he comenzado a preparar mi continuidad como digno competidor.
Volviendo al comienzo del post, la vida nunca deja de sorprendernos y justo cuando pensaba que ya nada iba a cambiar esta da un giro de 180º, el secreto está en saber permanecer de pié cuando la base sobre la que habitas da estos giros tan bruscos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario