sábado, 24 de diciembre de 2011

Ajenos

    23 de diciembre 15:30 horas en plena autovía de circunvalación,  los coches circulan ajetreados en ambos sentidos unos van dirección a los centros comerciales, tiendas de regalos, a comprar los últimos productos para la cena de navidad,  otros vuelven a casa para salir raudos hacia su destino donde van a pasar la navidad y otros ya están en camino.

     A todos nos envuelve una sensación de felicidad, sin duda provocada por la proximidad de la navidad, lo que nos hace victimas fáciles del consumismo más voraz del año. Una vez pasadas estas fechas volveremos a la rutina, habremos gastado dinero en cosas totalmente innecesarias y ya no seremos tan solidarios, ni estaremos tan contentos, pero lo que me hace pensar mientras estoy inmerso en el tráfico de este mediodía es la visión en un margen de la autovía de una persona, un hombre de unos 50 o quizás 60 años que se encuentra con varios perros de agua disfrutando del sol de este bonito día, de la tranquilidad y del relax que supone estar ajeno del estrés de esta festividad.

    Sin ninguna duda todos los que nos desplazábamos por la autovía estamos hipnotizados por la sociedad de consumo en la que vivimos estamos viviendo una felicidad efímera y ficticia mientras este hombre disfruta de la verdadera, encontrada en un momento de tranquilidad rodeado de sus amigos los perros y recibiendo la caricia de los rayos de sol de este día, en ese momento me hubiese gustado ser también ajeno y disfrutar de la verdadera felicidad.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El €uro

Hemos escuchado en multitud de ocasiones que el Euro es el culpable de la crisis financiera, que con el Euro nos engañaron, etc....


Os invito a todos a hacer un examen de conciencia, la moneda no es más que un símbolo, algo que justifica el valor por el que se cambia un bien por otro y esta no influye para nada en esta cantidad, su valor siempre es el mismo, es decir 1 € vale 1, somos nosotros los que decimos cuanto de ese símbolo vale el bien que queremos cambiar.

Por lo expuesto me preguntom, si no somos nosotros mismos los culpables de la enorme subida que sufrieron los productos al día siguiente de la entrada en vigor de la moneda única.

Por ej. un café costaba 100 pesetas y al día siguiente 1 € cuando en realidad su precio tendría que ser de 0,60 € quién nos obligó a poner ese valor al café. 

Cuando aparcabas el coche y venía "el guardacoches o gorrilla de turno" le dabas una propina de 20 duros se conformaba, ¿por qué al día siguiente ponía mala cara si le dabas una moneda de 0,50 €?

Estos ejemplos se puende traspolar a todos los bienes de consumo, por lo que como digo al principio hay que mirar en nosotros mismos, en nuestro pais y adaptar los importes a la moneda,  quisimos compararnos con otros paises aplicando el mismo valor de intercambio y nosotros mismos caímos en la trampa, pues solo comparamos los bienes de consumo y no hicimos los mismo con los ingresos, el resultado fué una gran pérdida de poder adquisitivo.

Seguramente la solución no sea volver a la peseta sino dar a las cosas el valor real, un café 0,60 €